En lugar es muy bonito, con acabados y decoración muy mexicanos y bellos rincones para la foto del recuerdo. Las habitaciones muy espaciosas y con baño amplio también, nuestra habitación cálida para ser invierno y muy cómoda, aunque el colchón de las camas es algo blando. Fue algo complicado tener que conectar la pantalla a mi celular a través de la red del hotel para lograr poder ver los canales y nadie nos explicó sobre ello. La alberca es pequeña, pero con jacuzzi y chapoteadero, deliciosamente climatizada y techada, sin embargo no estaba lo suficientemente clara el agua, no se veía el fondo y se sentía algo sucia, con una ligera capa espesa sobre la superficie. Las toallas de alberca son pequeñas y delgadas, me parecen insuficientes para el uso que se les da, ya viejas y desgastadas también. En la habitación tuvimos que pedir dos toallas extras porque no consideraron que seríamos 4 huéspedes, a pesar de la reservación previa. Lamentablemente todo lo bueno anterior se vio opacado por un pésimo servicio al cliente, empleados quejándose delante de los huéspedes por la falta de personal debido a la fecha navideña, por que no iban a poder tener comida disponible del restaurante que cerró para la cena, la recepcionista maquillándose en su área de trabajo, mal servicio en el restaurante al momento del desayuno, moscas sobre el pan descubierto al centro del bufete, comida regular, bebidas no incluidas y no especificaron que serían aparte, a excepción del café, falta de cortesía.